domingo, 3 de abril de 2016

Un día cualquiera









Era un amanecer cualquiera, de un día cualquiera, en el que todo sería igual que cualquier otro día, al menos, eso pensaba Leonardo. Se levantó, se aseó, se vistió con ropa cómoda, tomó una taza de café y se sentó frente al mar.
Los Primeros rayos de sol llenaron de tonos rosados el cielo y una paz infinita se apoderó de él. Abrió la ventana para que la brisa inundara todos los rincones de su hogar y de su alma, cuando de repente sintió el sobresalto de un recuerdo.
Un silbido se coló con el aire fresco de la mañana. Era una canción que le era familiar, pero que no había oído hacía muchos años.
El día, la luz del sol, esa tonada, lo transportaron a otros tiempos, otros, más felices, llenos y plenos.
Se sentó y con la mirada perdida pronunció su nombre como si le quemara en los labios…Amada.
El sol calentaba su rostro de una manera agradable y Leonardo, imaginó que eran sus manos que lo acariciaban, cerró los ojos un segundo y casi pudo sentirlas.
Sacó de su bolsillo un papel. Una carta desgastada, trozos de palabras borrosos, a punto de desaparecer.

Líneas, párrafos, que parecían susurrarle. Conocía bien esa sensación, parecía que todas las palabras se le habían quedado dentro, acompañando a su alma.
No hubiera hecho falta, volverlo a desdoblar, ni tampoco, que sus ojos se posaran en cada línea, como si al hacerlo pudiera recorrerla, esa vieja carta lo había acompañado toda su vida.

Secretos, promesas, confesiones, bullían de una pulcra caligrafía. Se arremolinaban, bailaban sensuales, consolaban y acompañaban su soledad, así era Amada, como reflejaban sus letras, pura y con el alma más hermosa que jamás conoció en nadie más.

Ahora, que el tiempo se le escapaba entre los dedos como el agua, apartó los pensamientos tristes y sonrió.

Tan solo tenía que cerrar los ojos para que ella volviera, la sensación de sus manos cálidas y confiadas rozando su mejilla, enredando sus dedos, jugueteando con su pelo y mirándolo, con esa mirada que guardaba todas las primaveras, vividas y por vivir, mientras hablaba sin parar, contagiándole su alegría, su optimismo, sus inmensas ganas de vivir, de amar y ser amada.
Cuando hacia eso, el que parecía ausente con la mirada perdida en el infinito, sentía que un escalofrió recorría su espalda, erizando su piel y un deseo irrefrenable se apoderaba de él.
Tantos recuerdos le hicieron conmoverse, pensó que nunca se cansaría de sentir esa sensación, pero, la echaba tanto de menos, tanto…
Tenía su luz, el recuerdo de su voz, tenía sus letras, lo tenía todo, guardado en su memoria y en su corazón.

Leonardo se sentía tan amado, que no podía soportar el silencio que le rodeaba, estaba cansado, muy cansado  de tanta soledad.

El sol, ya brillaba en lo alto del cielo, cuando abrió los ojos. La luz se reflejaba en el mar. Su mar, ese, que ella tanto amaba y que le había enseñado a amar.

El olor a sal lo envolvió, era un día a final del verano. Un día cualquiera, un día perfecto, y así escuchando al viento se quedó.
Envolvió con fuerza la carta, se llevó la mano a su pecho, la posó en su corazón, cerró nuevamente los ojos.

-¡Vuelvo a ti, eres lo que más he amado en este mundo!

Suspiró tranquilo y se dejó llevar, llevaba mucho tiempo haciéndola esperar. Una sonrisa se acomodo en sus labios y un último rayo de sol acarició  su rostro…


Al fin y al cabo, no sería un día cualquiera.




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Mi Libro de poesías: "La vida me sorprende": E editorial ArtGerust : La vida me sorprende

6 comentarios:

  1. Y se dejó…preso de sus anhelos, de esas ausencias que encogían su corazón…para reunirse con ella…

    Precioso relato, Alicia… El amor a veces, no puede con las distancias, necesita desesperado el abrigo del ser amado…y sencillamente, se deja ir…

    Un placer, amiga… Bello y conmovedor

    Bsoss!

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    1. Hoy es uno de esos días en los que no encuentro las palabras, tan solo puedo decirte Gracias, por estar , gracias...
      Un beso
      Alicia

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  2. Definitivamente no era un día cualquiera. Felicitaciones Ali

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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    1. Muchas gracias Besuguito, tienes un hermoso corazón y me alegra que mis letras, ocupen un lugar en él
      Un beso enorme
      ali

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