Buenos días Princesa es un blog de Poesía desde un Pedacito de Luna. Ternura guardada en trocitos de estrella. Melancolías escondidas en una pieza de piano.
¿Queríais una historia de amor? Aquí tenéis una historia de
amor, os dije que no iba a ser bonita. El amor es un asunto feo y terrible que
practican los necios. Os destrozará el corazón y os dejará desangrados ¿Y que
habréis conseguido al final? Sólo unos cuantos recuerdos increíbles que no os quitareis de encima jamás.” Desconozco el autor.
Su cuerpo era una carcasa triste, su abrazo olía a abandono, me deshice de el, dolía demasiado sentir sus besos sobre mis lágrimas.
No puedo olvidar su mirada perdida como si quisiera decirme algo que ni él mismo entendía. Se fue sin más, como si fuese un soplo de viento, no quise un último beso, todo ocurrió rápido, demasiado rápido.
Trato de no pensar en aquel día que me rompió en mil pedazos. La vida se quedó en un paréntesis y me que quedé mirando pasar el tiempo, atorada en mitad de mis sueños. Me detuve en mi tristeza, lloré mi rabia y mi dolor. La perdida me llevó a la perdición.
Derrumbe, desplome, sacudida, ruinas y escombros, abandono, corrosión, vacíos, años vacíos, perdidos.
Lloré al ausente y mi llanto me aterró porqué me dio miedo la soledad que todo lo confunde. Sentí que moría un poco, mi alma se convirtió en un paramo arrasado de tanto añorarlo, de no poder soportar tanta ausencia.
Esperé tiempos mejores que nunca llegaron, destino tozudo, decidí quedarme quieta en vez de huir.
Todo lo que nunca pasó, ocurrió dentro de mi, anidaron en mi un anhelo irracional, la angustia, la ausencia, la impotencia y el dolor.
Emociones no resueltas me alejaron de todo y cambiaron el orden de las cosas, convirtiéndome en una sombra errante, la tristeza del no saber se quedó reclamando su espacio en un eterno presente.
El futuro lo viví de lejos, imaginando siempre cada día durante el resto de mi vida.
Lo hice como pude, jugando con los recuerdos, destruyendo algunos, mejorando otros, desechando los no recuperables, dibujando sueños.
Imaginé que le hablaba, pero era tan solo la nostalgia y la soledad que hace que todo se confunda. Me quedó el vacío como si nada hubiese ocurrido y la sensación de que todo había sido un sueño.
Delirio, imaginación, deseo, la vida me sacudió y hoy mi luz se apaga, me conmueve y me asusta al mismo tiempo ver la culminación de un inmenso dolor
Puede ocurrir eso,que sigas con el aguijòn clavado en el alma aunque tú ni te percates.
Sergio Ramírez
Dijo que lo hacía en nombre del amor, y le creyó, pero con él llegó la oscuridad, el desasosiego, el miedo, las sombras, las lágrimas.
Llegaron los ruegos acompañados de las amenazas. Aprendió a temer. Dejó de rezar, hacía mucho que Dios no la escuchaba. Esperó, aguardó con los ojos cerrados, los embites de sus manos y de la vida, quiso escapar de sus ojos, sentía su mirada buscándola, mirarlos dolía.
Los colores se volvieron todos negros, respiró su aliento gritandole, contuvo la respiración, cerró los ojos inmóvil para no sentir el olor que emanaba de su garganta.
Le causaba pavor que sus manos recorrieran su cuerpo, que la dejaran dolorida y mancillada. Aterrada, se dormía escuchando el latido un corazón inhumano, tan solo deseaba que en mitad de la noche se parará devorado por su propio odio.
Despertaba vencida por el dolor y la pena, se sentía un despojo atada a una voluntad que no era la suya.
Mientras en él crecía un odio infinito y desesperado, ella vivía acallando el sonido de sus pasos, de su respiración.
Golpes sedientos de un ser retorcido sin un ápice de compasión a cambio de gritos ahogados en la garganta, dolor silencioso, rezos inútiles a su ángel de la guarda.
El tiempo dejó de importar, un futuro perdido para siempre, fue una nube oscura cruzando un cielo claro, un animal carroñero calculando cada paso.
Se convirtió en su sombra, consiguió que sus ojos se volvieran grises, como los días nublados. Ella solo quería correr, correr muy rápido, muy lejos y asegurarse de que él no la seguiría.
Huir de su obstinada crueldad , correr para ponerse a salvo, correr por los espacios abiertos. Ella lo creía posible y en el fondo de su alma albergaba la esperanza de volver a sentirse viva, libre... algún día.
Quería sentir su ausencia, dejar de sentir el dolor que la paralizaba tan profundamente recomponerse y pensar que no todo en ella estaba roto del todo. Quería pensar que el final siempre podía ser el principio de algo mucho mejor.
Sabe que solo tiene que alzar el vuelo para alejarse de la oscuridad... Algún día.
Estábamos envueltos en algodón, en musgo, en niebla, en el mar, en el sabor de una distancia que ha de aniquilarse
(Anaïs Nin)
Su rostro se contrae como si fuese a romper a llorar, aparta los ojos y mira hacia la oscuridad, permanece un momento sin moverse, contiene la respiración.
Una calma sepulcral rodea la noche azulada.
Sé lo que va a pasar, mi pulso se acelera, lo noto, pasea por la habitación, ordenando su vida sin palabras.
No quiero que me atraviese pensamiento alguno y me entretengo observando el papel pintado de la pared, las grietas, la lluvia cayendo en el cristal, en cualquier cosa cosa, por más insignificante que sea que me haga apartar la mirada de ti.
Apenas hay un atisbo de luz, pero te intuyo, algo te pesa en el corazón cuando cierras la puerta tras de ti. Entonces me acerco a la ventana, la luz del crepúsculo aún me deja ver tu silueta alejándose por el horizonte, te giras, me miras, y yo te miro a ti.
Te vas alejando por una colina pedregosa y de repente la oscuridad te engulle.
Entiendo y comprendo que esta distancia es nueva y definitiva.
Puedo imaginar como en tu rostro va apareciendo un velo de alivio mientras recorres tu camino de huida que te lleva al umbral de tu nueva vida, que te convertirá en un hombre nuevo, mientras yo seré de nuevo un punto insignificante en medio de la eternidad del cielo.
„No sospeché la insignificancia de mi sueño. Creí haber concebido el sueño más vasto de mi generación: quise ser mago. Ésa era mi idea de la gloria. He aquí una súplica basada en toda mi experiencia: no seas mago, sé mágico.“