En este mundo, nada hay tan cruel como la desolación de no
desear nada.
Haruki Murakami
Vivió de espaldas a la luna
a salvo,
de los susurros del viento,
que le traían los ecos de su voz.
Se rindió,
pobre corazón,
no volvió a encomendarse
ni a Dios ni al diablo.
Demasiados días de desesperanza,
demasiada añoranza
y desencanto,
a la desidia le dejó
todos sus sueños.
Perdió la calma
y el sentido de su vida
se hizo añicos,
perdiendo toda esperanza
para no recuperarla jamás,
pues, también perdió el valor
y con todo ello,
la oportunidad
de encontrar la libertad.
Una vida arruinada.
Se olvidó de reír,
le quedaron fragmentos
sueltos de recuerdos
y un recelo.
Perdió muchas cosas
y olvidó muchas otras.
Su corazón, siguió latiendo
desganado,
disfrazando sentimientos.
Caminó de puntillas,
para que la realidad
que no quería ver,
siguiera dormida.
Construyó un muro
que lo mantuvo a salvo
de cualquier debilidad.
A salvo,
de todo y de nada...
Contacta Vía Mail: alinuski5@gmail.com