¿Cuántas veces,
al pensar en ti,
mil lágrimas no pude retener.
Quise olvidar
que un vez, fui tu primavera.
Perdí el rumbo,
no encontré el norte.
Cuántas veces, soñé
que era todo para ti
que tu eras, mi faro
y que si alguna vez
me perdía,
tú, me encontrarías.
Te esperé, y solo encontré
amargura encadenada
a una conciencia desangrada,
una felicidad desorientada
en una pena amarga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario