Se ciega de su luz
obviando por completo
que detrás de la luz
también hay sombras
y brumas.
Una dolorosa bruma
que persiguiendo
el alma
para sumirla en un oscuridad
total,
que la destierra
a un invierno frío.
La convierte en una
sirena silenciosa.
Una sensación de miedo
se apodera de ella
ocupando todo su espacio.
Escondiéndose entre sus grietas
una niebla borrosa
lo enturbia todo.
Debilidad
que la vuelve enfermiza
y un faro que se queda
sin luz.
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