No más palabras. Las conocemos todas, todas las palabras que
no deben ser dichas. Pero has hecho mi mundo más perfecto
Terry Pratchett
Entre un millar de dudas, un susurro:
-Tengo algo que
decirte.
De arriba a abajo, un desagradable escalofrío recorrió su
cuerpo. Se recostó sobre si misma, observando tras la ventana la línea que
formaba el mar en el horizonte.
Respiró. Sabía que su
mundo se iba a volver loco, de repente todo se había precipitado y no sabía
cómo controlarlo, desgraciadamente, intuía que para cuando lo descubriera,
sería demasiado tarde.
Ni la luz radiante del cielo, ese día de verano,
consiguieron aplacar la sensación de amarga ansiedad. Y eso, solo era el
comienzo.
No se veía capaz de hacerle frente. Volvió a notar que el
aire le faltaba, y de pronto un nudo empezó a comprimirle la garganta.
Se incorporó, abrió
la ventana, entonces pensó que el mar se hizo tal vez para la espera, respiró
despacio para poder afrontar el momento que se acercaba y lo que lo reduciría
todo a escombros.
Se giró, se acercó, y se dispuso a escuchar, aunque lo que
realmente quería era tornarse invisible.
-!No!, es la única palabra que recuerda, la que cerró las
puertas de alma, de su vida.
-Todo irá bien, ya lo veras, estarás bien. Lo escuchó decir.
-Lo sé... mintió.
Como la vida misma, doy fe.
ResponderEliminarAsí es este texto.
Feliz día saludos.