"Cada vez que las melodías del incierto se acercan resonantes, me refugio dentro de ellas. Son el suspiro del destino acariciando mis oídos.”
Santiago Orlando.
Él tenía un mundo,
Teresa no preguntaba.
ella, tenía otro,
José no preguntaba.
Y los dos tenían
un presente silencioso.
A Teresa, José se le escapaba
cuando creía que lo estaba
reteniendo,
pues José, nunca permanecía
el tiempo suficiente,
pero hay ausencias
que se hacen presencia
y también heridas
que no tienen cura.
Intuyendo la realidad
Teresa y José,
José y Teresa sabían
que no había futuro,
sus ojos ya no reflejaban
ninguna luz.
Que el dolor pesaba más
que todo su amor,
que no se puede vivir
dentro de un sueño,
quizá un par de minutos,
una tarde, un verano,
pero no toda una vida,
porque para siempre
es mucho tiempo.
Dos Almas tangenciales, dispuestas a cualquier eventualidad microscópica en el infinito universo, pero ¡no a la cercanía sanadora, tan precisa, tan necesaria...tan creativa!
ResponderEliminarAtentamente,
J u a n
Buenos días Juan, suele pasar, tomar el camino facil aunque sea doloroso, no ver, no oír, no hablar... Feliz vida... Un saludo y gracias por tu visita
EliminarPase por aquí y me agrado
ResponderEliminarmucho lo que escribiste,
y me apunte para seguirte,
Puedo?
Besitos dulces
Siby
Bienvenida y gracias por tu visita, me Legra que mis letras te agraden. Un saludo, Alicia
Eliminar