El verdadero destierro se encuentra allí donde no hay lugar para la virtud
Cicerón.
Todo estaba en su sitio
el reflejo del fuego,
el olor a hogar
la puesta de sol,
hojas secas de colores
y un cerrojo
que cierra la puerta.
Un frío glacial,
una noche triste,
la oscuridad que todo
lo invade.
Una mirada amable,
una sonrisa para olvidar,
besos dulces
caricias lánguidas,
sombras y silencios.
Gotas de lluvia
aroma a tierra mojada,
mágica serenidad.
Distancia compartida.
Todo estaba en su sitio,
delirio, abandono
lucidez pasajera,
sueños, vigilia,
anochecer, amanecer,
rencores y penas
y luego, el silencio ahí fuera
como si no necesitara
nada más,
como si no hubiese
nada más allá
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