Escribir es defender la soledad en la que vivo.
María Zambrano.
Escribía
para ahuyentarle,
para atraerle,
pura contradicción.
Era desesperante,
todo por comenzar,
todo por comprender,
todo por decir.
Se alejaba de mi
quizá le había traído
recuerdos tristes
por eso se mantuvo alejado,
quizá,
le ahuyentó mi indecisión.
Sentí pena por mi,
por el vacío
que dejaban sus borrones
y ausencias.
Sentí pena por él
y su muro de palabras,
que construyó para mi,
lleno de miles de grietas
por donde se me iban
la vida y la esperanza.
Todo me llevaba a la soledad,
me daba miedo
quedarme atrapada
que sus palabras se derrumbaran
sobre mi,
que me aplastaran.
Huía entonces,
sabiendo que era inútil.
Mis letras eran dependientes
de las suyas,
lo seguía como un perro fiel,
recogiendo migajas,
buscando vacíos en blanco
en su cuaderno
donde guarecerme,
deseaba que
sus dedos manchados
de tinta
escribieran versos
dorados en mi espalda,
estrofas que me engulleran
y poemas donde me hiciera
suya.
Un juego de amor y ternura revoloteando en un corazón lleno de versos que no quieren que no pueden ocultar sentimientos vestidos de tinta.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Y un saludo feliz domingo.
Muchísimas gracias, un saludo
EliminarAlicis
Muchísimas gracias, un saludo
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