Nada es tan agotador como la indecisión, y nada tan inútil.
B. Russell
Quise besarte
pero estabas tan dormido
que no quise sacarte
de tus sueños
pues sabía que allí
también estaba yo.
Con los labios cerrados
tarareé una canción.
Quise acomodarme
en tu abrazo,
esconderme del mundo
y desaparecer,
pero fui cobarde
y me quedé,
con las prisas, las dudas,
la indecisión.
Contradicción.
Mi todo,
mi nada.
Me quede quieta
sin hacer nada
más que mirarte
y miles de recuerdos
llegaron para entretener
mi memoria,
Cuándo se ama
todo parece distinto,
conocerte fue amarte
amarte fue perderme,
pero el tiempo
transcurrió
y en tu respiración tranquila
el mundo nacía
siempre de nuevo.
Lástima que esas indecisiones a veces se lleven momentos mágicos que ya no volverán.
ResponderEliminarEn estos versos se adivina una realidad que se mantiene indecisa.