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sábado, 14 de noviembre de 2020

Érase una vez un recuerdo







Amo tener mis fantasmas, y amo tener mis recuerdos.

                             D. Reynolds








Recuerdos,
rodeados de oscuridad
me rodean,
me hacen temblar de frío.

Vaporosos, tenues,
casi invisibles
me llevan al abismo,
a la locura, al silencio.

Aparecen y desaparecen
a su antojo.

¿Se puede tocar
un recuerdo?

Estas ahí,
escondido, muy cerca,
estas agazapado
en alguna parte
tan, tan cerca
que casi puedo tocarte.

Ya no tengo sitio
para más pena
y la nostalgia es un veneno.

En silencio,
escondida del mundo,
escribo
renglones trazados
con esmero
en un papel resbaladizo
para intentar construir
una palabra
que no existe
y que no puedo inventar,
solo para ti.

Palabras escritas
sin miedo
para que no desaparezcan
en el olvido,
para tener juntos
un final sin final.




3 comentarios:

  1. "En silencio,
    escondida del mundo,
    escribo
    renglones trazados
    con esmero
    en un papel resbaladizo
    para intentar construir
    una palabra
    que no existe
    y que no puedo inventar,
    solo para ti"

    Me gusta mucho la construcción de estos versos, tras la perturbación que imponen esos sueños, el ellos el poema doblega y busca esa salida que conciente o inconciente responde a la cuestión.

    Yo creo queme si, los sueños se pueden tocar con otros sueños


    Buena poesía.

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  2. Siempre me gustó este bloc, es sencillamente maravilloso, siempre tocando el alma, gracias por compartir, me encanta.

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