Se marchó,
pero, dejó su presencia.
Dejó, el sentimiento de infelicidad
que siempre lo acompañaba.
En su maleta,
solo sueños llevaba.
Su alma, pareció envejecer
antes de tiempo,
cuando ella,
le devolvió sus promesas.
No pudo, no quiso,
no consiguió, no fue capaz
de olvidar.
Las noches sin ella
eran sombras,
y porqué la amaba,
quiso aventurarse a ir,
donde su amor
se escondió.
La buscó en su mundo,
y solo, la encontró
en sus letras,
mientras viaja, por ellas
era feliz.
Tuvo que aprender
a andar perdido,
sin ella, era nada
en la multitud.
Quiso andar sus pasos,
respirar su aire,
beber su agua,
tenerla, a un milímetro de él.
Besarla y encender
el mundo con sus labios.
Y cuando la encontró,
la abrazó, la vida volvió,
la oscuridad desapareció,
y con su amor,
sus almas unió
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