No me mires así,
que tengo el alma agitada,
y contigo,
mi voluntad se hace pequeña.
Y luego, te vas,
me olvidas,
me desordenas el alma
y me dejas al borde
del delirio.
Acompañada
de la tristeza
y la soledad,
que tanto detesto.
Devuélveme el corazón,
el que te ofrecí,
cuando aún te creía
y deja de colarte
en mi vida
al menor descuido,
porque sé
que nunca,
vas a quedarte.
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