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domingo, 20 de septiembre de 2020

Pongamos que hablo del amor





En verano las manos del viento mueven invisibles hilos en  el aire, que unen las olas, los cabellos  y los pensamientos.
      
                       Fabrizio

 



Era verano
hacia calor
Manuel, con los ojos
trenzados de esperanza,
quería enamorase
y encontró a Miguel
con cara de soñar tristezas,
con aliento a diciembre.

Los dos se miraron
y fue como si su mirada
pudiera suspender el tiempo.

Era imposible mirarlos
y no estremecerse.

Manuel, quiso poner voz
a todos sus silencios.
Miguel a cambio
ocupó todo su espacio.

Besos pausados,
intercalados
con palabras de amor,
labios que rozan 
la piel,
miradas desnudas
que los hicieron cómplices.

Una ilusión extraña,
como un pellizco
de esperanza
con la certeza
de una futura calma.

Huérfanos de un destino feliz
pero sin rencor
ni cuentas pendientes
decidieron vivir
y mirar hacia el futuro
juntos.

2 comentarios:

  1. Quizás esa complicidad de que hablan tus versos es lo que se necesita para empezar a complementarse, el corazón es sabio y sabrá... Sabrá el momento.

    Saludos.

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  2. Para querer solo hay que querer, es así de fácil o de dificil. Un saludo . Alicia

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