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jueves, 26 de octubre de 2017

Inercia







Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.

                                             Robert Louis Stevenson 









Entró en su alma
para no salir jamás
de ella.

En su corazón, todo el amor
que tuvo que guardar.

En sus manos,  lágrimas ,
vertidas a escondidas.

En sus ojos,
la tristeza de un presente
y la niebla del futuro.

Ese fue su tormento;
sus ruegos,
nunca llegaron al cielo,
ningún santo
escuchó sus plegarias
y quedó para siempre
adormecida y triste,
quizá, 
porque entre palmeras
y árboles de té,
olvidó una vieja promesa,
dejó de imaginar figuras
en las nubes,
dejó pasar el tiempo
y sus destrozos.

Sonreía, pero en su interior,
no dejaba de llorar,
porque sentía más nostalgia
de la que su corazón podía soportar,
y es que es difícil odiar
a quién se quiere de verdad.

Se fueron sus días,
perdió su tiempo,
se le fue la vida
sin apreciarla, sin devorarla
sin sentirla
y aprendió
a vivir por inercia.






Contacta Vía Mail: alinuski5@gmail.com

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