En algún lugar del alma se extienden los desiertos de la
pérdida, del dolor fermentado; oscuros páramos agazapados tras los parajes de
los días.
Sealtiel Alatriste
Olvidó por completo
que no había nada
que hacer.
Podía borrar lo vivido
en un duelo sin llanto
aunque las lágrimas
le oprimieran el corazón.
Seguir, sin que sus palabras
le alcanzaran.
Aguantar el dolor
de su ausencia,
ajena y distante.
Desamparado y despojado
de ilusiones
se le acabó borrando
la sonrisa.
Se arrojó en brazos
de la tristeza,
cuando se dio cuenta
de que no era nada
y lo era todo.
Su corazón siguió latiendo
huérfano,
sus recuerdos,
vagando a la deriva.
Vivió mil días
sin memoria,
fue sorteando lagunas
que no se sentía
capaz de llenar
y se quedó varado
ordenando sueños rotos.
Contacta Vía Mail: alinuski5@gmail.com
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