Yo siempre fui un adiós... Un brazo en alto, un yaraví
quebrándose en las piedras cuando quise quedarme vino el viento vino la noche y
me llevó con ella.
Atahualpa Yupanqui
A veces la noche cargada
de tanta pena
acumulada
descarga lágrimas humilladas
en un mar de desesperanza
y se convierte
en sufrimiento
y tinieblas.
El cielo se viste de luto,
la luna deja de brillar
desatando tormentas funestas,
haciendo que el destino
vuelva a vagar nuevamente,
perdido en el infinito
de un cielo dolorido.
El tiempo se desvanece
poco a poco.
La oscuridad
todo lo inunda.
Lo da todo por perdido,
quiere perderse de nuevo
y para siempre
dentro de ella.
Pero el evanescente sol,
vuelve a nacer
en aquel oscuro ocaso,
le regala algo
llamado paz
y bañada de rocío,
la noche,
puede volver a su lecho
de sueños.
Contacta Vía Mail: alinuski5@gmail.com
Bendita paz.
ResponderEliminarBesos.
Bendia sea
ResponderEliminarUn beso Amapola
alicia