Y tantas mariposas distraídas han fallecido en tu mirada que
las estrellas ya no alumbran nada.
Gerardo Diego
No sabe descubrir
que es lo que siente,
rencor, odio, resentimiento,
amor,
todo,
menos indiferencia.
El silencio es una losa,
hasta que se acerca a ella
y baja la voz
hasta convertirla en un susurro,
a pesar de todo....
Sentimiento, entrega,
abandono,
el corazón cambia su ritmo,
se acelera
y se impone a la razón.
Y entonces,
ve en en sus ojos,
el reflejo de su propia soledad,
comprende que no es ella
la única que se ha sentido sola,
y que hay huecos
que no se llenan jamás.
Aquellos ojos tan tristes
que sin hablar,
le están diciendo
que sus sueños eran los mismos,
que ella también
sufrió por él,
pero que no supo transformar
el miedo en fortaleza.
Instinto, esperanza,
incertidumbre,
abrazados,
entrelazados como si fueran
un solo ser,
sin atreverse a romper
de nuevo el silencio.
Sintiendo como el llanto
vibra en el aire,
le promete
que esos ojos tan tristes
no volverán a llorar.
Y se prende a su cuello,
se enreda en sus brazos,
se encuentra en su mirada
y en ese momento,
las heridas,
se empiezan a curar.
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Pues me alegro por ella.
ResponderEliminarBesos.