"A veces de noche, enciendo la luz para no ver mi propia oscuridad"
Antonio Porchia
Tenía un corazón alborotado,
una alegría sobrenatural
y una esperanza
que le sentaba muy bien,
encastrada en el alma.
Tenía un futuro
que la rondaba,
un destino que bendecía sus pasos
y los hilos del azar
haciendo y deshaciendo
a su antojo,
enlazando su alma
y anudando su ilusión
a ellos.
Tenía la luz en sus ojos.
Lo tenía todo delante
y él, no supo verlo,
pues hay quién prefiere
los cactus
a las rosas,
el lado oscuro de la luna,
la caricia de un viento helado,
soñar en blanco y negro.
Hay quién elige perderse
en un camino sin retorno,
escribir cartas
que nunca serán enviadas.
Hay quién oye
pero no escucha,
que ve,
pero no mira.
Hay quién vive
la vida a medio gas
y se conforma
con un cielo oscuro
amenazador y tenebroso,
que se queda
con la apabullante inmensidad
de la nada.
Contacta Vía Mail: alinuski5@gmail.com
Hay que no sabe ver o sentir lo hermoso del ser. Somos acumuladores de utopias. Porque lo bello sea visto, cuidado y podamos volver a esa esencia divina. Hermoso tu poema
ResponderEliminarUn saludo Demian y que todos tus deseos se hagan realidad. Feliz Navidad
EliminarY hay quién teniendo luz en sus ojos no ve.
ResponderEliminarHermoso
pero esa luz nunca se apaga a pesar de todo...
Eliminarfeliz navidad elena