Era
un amanecer cualquiera, de un día cualquiera, en el que todo sería igual que
cualquier otro día, al menos, eso pensaba Leonardo. Se levantó, se aseó, se
vistió con ropa cómoda, tomó una taza de café y se sentó frente al mar.
Los Primeros
rayos de sol llenaron de tonos rosados el cielo y una paz infinita se apoderó
de él. Abrió la ventana para que la brisa inundara todos los rincones de su
hogar y de su alma, cuando de repente sintió el sobresalto de un recuerdo.
Un
silbido se coló con el aire fresco de la mañana. Era una canción que le era
familiar, pero que no había oído hacía muchos años.
El
día, la luz del sol, esa tonada, lo transportaron a otros tiempos, otros, más
felices, llenos y plenos.
Se
sentó y con la mirada perdida pronunció su nombre como si le quemara en los
labios…Amada.
El
sol calentaba su rostro de una manera agradable y Leonardo, imaginó que eran
sus manos que lo acariciaban, cerró los ojos un segundo y casi pudo sentirlas.
Sacó
de su bolsillo un papel. Una carta desgastada, trozos de palabras borrosos, a
punto de desaparecer.
Líneas,
párrafos, que parecían susurrarle. Conocía bien esa sensación, parecía que
todas las palabras se le habían quedado dentro, acompañando a su alma.
No
hubiera hecho falta, volverlo a desdoblar, ni tampoco, que sus ojos se posaran
en cada línea, como si al hacerlo pudiera recorrerla, esa vieja carta lo había
acompañado toda su vida.
Secretos,
promesas, confesiones, bullían de una pulcra caligrafía. Se arremolinaban,
bailaban sensuales, consolaban y acompañaban su soledad, así era Amada, como
reflejaban sus letras, pura y con el alma más hermosa que jamás conoció en
nadie más.
Ahora,
que el tiempo se le escapaba entre los dedos como el agua, apartó los
pensamientos tristes y sonrió.
Tan
solo tenía que cerrar los ojos para que ella volviera, la sensación de sus
manos cálidas y confiadas rozando su mejilla, enredando sus dedos, jugueteando
con su pelo y mirándolo, con esa mirada que guardaba todas las primaveras,
vividas y por vivir, mientras hablaba sin parar, contagiándole su alegría, su
optimismo, sus inmensas ganas de vivir, de amar y ser amada.
Cuando
hacia eso, el que parecía ausente con la mirada perdida en el infinito, sentía
que un escalofrió recorría su espalda, erizando su piel y un deseo irrefrenable
se apoderaba de él.
Tantos
recuerdos le hicieron conmoverse, pensó que nunca se cansaría de sentir esa
sensación, pero, la echaba tanto de menos, tanto…
Tenía
su luz, el recuerdo de su voz, tenía sus letras, lo tenía todo, guardado en su
memoria y en su corazón.
Leonardo se sentía tan amado, que no podía soportar el silencio que le rodeaba, estaba
cansado, muy cansado de tanta soledad.
El
sol, ya brillaba en lo alto del cielo, cuando abrió los ojos. La luz se
reflejaba en el mar. Su mar, ese, que ella tanto amaba y que le había enseñado
a amar.
El olor a sal lo envolvió, era un día a final del verano. Un día cualquiera, un día perfecto, y así escuchando al viento se quedó.
Envolvió
con fuerza la carta, se llevó la mano a su pecho, la posó en su corazón, cerró
nuevamente los ojos.
-¡Vuelvo
a ti, eres lo que más he amado en este mundo!
Suspiró
tranquilo y se dejó llevar, llevaba mucho tiempo haciéndola esperar. Una
sonrisa se acomodo en sus labios y un último rayo de sol acarició su rostro…
Al
fin y al cabo, no sería un día cualquiera.
Contacta Vía Mail: alinuski5@gmail.com
Mi Libro de poesías: "La vida me sorprende": E editorial ArtGerust : La vida me sorprende
Y se dejó…preso de sus anhelos, de esas ausencias que encogían su corazón…para reunirse con ella…
ResponderEliminarPrecioso relato, Alicia… El amor a veces, no puede con las distancias, necesita desesperado el abrigo del ser amado…y sencillamente, se deja ir…
Un placer, amiga… Bello y conmovedor
Bsoss!
Hoy es uno de esos días en los que no encuentro las palabras, tan solo puedo decirte Gracias, por estar , gracias...
EliminarUn beso
Alicia
Definitivamente no era un día cualquiera. Felicitaciones Ali
ResponderEliminarGracias Poetas Nuevos ;)
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarMuchas gracias Besuguito, tienes un hermoso corazón y me alegra que mis letras, ocupen un lugar en él
EliminarUn beso enorme
ali