El destino no se olvidó

Tenía una cita 

con el destino.

 Sonrío

y su corazón bailó.

Pareció iluminarse

por dentro.

Dejó decidir al universo

y el universo le respondió.

Cuando él, le dijo,

te quiero,

se extravió 

en unos ojos verdes

y profundos,

encontrando

todos los motivos,

todas las certezas,

que la ayudaron

a encontrar su camino.

Halló el valor

para regalarle sus sueños.

Se aferró a lo imposible

lo convirtió en posible

cambió su suerte,

se entregó,

entró en su corazón,

y ya no pudo salir,

pues ese era su destino,

y el no lo había olvidado.

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