Tan solo era una ladrona de deseos, los atrapaba cuando andaban distraídos y los plasmaba en sus letras.
Hacerlo, era un viaje permanente a sus sueños, donde todo era posible. Quizá, nunca pudiera visitar Escocia, ni pasear por Australia, o por cualquier ciudad del mundo de su mano, pero, podía imaginarlo, podía escribirlo y sentirlo.
Escribir, para dibujar sonrisas en su alma, era lo que le daba la calma, en esos días de tormenta en los que se sentía naufragar.
Lo hacia sin descanso, era capaz de desleírse en tinta china y fundirse en una hoja en blanco, para que él, aprendiera a descifrar sentimientos en sus escritos.
Quería hacer de su amor, un verso libre, para poder hablarle de lo que sus ojos habían visto, de lo que le habría gustado escuchar, pero sobre todo de que había sentido.
Escribía historias, antes de que se escaparan de la memoria, era tan reales que al leerlas olvidaba todo lo que juntos no pudieron vivir.
Jamás escribió una historia incompleta, escribió un puñado de ilusiones y otro, de razones para decir siempre sí., todo pasa, todo llega y los hilos de plata que la guiaban, tejían un destino hermoso para ella.
Relataba esas cosas de la vida, que se cuentan en secreto, todas esas veces, que necesitó olvidarlo , y todas las que nunca lo consiguió.
De como vivió siempre en su corazón y de que como, si lo deseas con fuerza, los sueños, se hacen realidad. De como siempre, sintió que su amor la acompañaba y que cada paso que daba lo acercaba un poquito más a él.
De como, al final, encontró el equilibrio, o al menos, lo intentó. De como, cuando ya lo daba todo por perdido, la vida volvió a sorprenderla.
Guardaba todos los recuerdos, los vividos, los sentidos, los deseados, los que estuvieran por llegar, para que perduren , más allá de ello y de su amor.
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Mi Libro de poesías: "La vida me sorprende": E editorial ArtGerust : La vida me sorprende
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