No le prometió el firmamento,
pero,
le regaló tres estrellas,
las más hermosas,
las que más brillaban
y un trozo de su cielo.
Las conocía todas,
estaba acostumbrado a mirar
al cielo,
es lo que hacen los soldados
en las noches de intemperie,
pensar, desear, soñar.
Fue dibujando lineas imaginarias,
dejando retazos del alma
en cada trazo,
escribiendo mensajes
para que ella los leyera.
Cientos de kilómetros
de hilos de plata los unían.
Miraba el firmamento
y abrazaba siempre su recuerdo
para que no la olvidara su memoria.
La vida se volvía buena
al recordarla,
era ella su mejor tesoro.
Contacta Vía Mail: alinuski5@gmail.com
Mi Libro de poesías: "La vida me sorprende": E editorial ArtGerust : La vida me sorprende
Abrazada al recuerdo, mirando al firmamento, con los ojos llenos de amor.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Un beso muy dulce de seda.