Así como si nada

Los días iban pasando y el sentía que seguía pasando de largo por su vida, así como si nada.

Las preguntas se ahogaban en su garganta sin atreverse a pronunciarlas. Inmerso en sus pensamientos, barajando las consecuencias de hablar o seguir callando. Anclado en un pasado que condicionaba su presente, no veía el futuro.

 No, más allá de lo que ella pudiera responder a sus preguntas y estaba seguro que no sería precisamente lo que quería escuchar. De ahí, su indecisión. 

Necesitaba una tregua que la vida parecía no estar dispuesta a concederle. Enfrentándose a ella y a sus dudas, una y otras vez, remarcando las certezas. Ella, ya estaba muy lejos de su vida, no deseaba ser abraza, no deseaba ser amada, al menos, no por él, y el silencio era su forma de poner una barrera entre ellos.

Por eso,nada contestó, cuando, se quebró su voz y entre susurros fueron saliendo uno a uno todos sus interrogantes.

Ensayando sonrisas tristes, escuchó ausente cada palabra, con cada demanda se iba vaciando su alma.

No fue capaz de responder a ninguna, y él seguía esperando respuestas que necesitaba pero no llegaban.

Fue su mirada la que habló por ella:

"Luego, más tarde, por favor, dame un respiro. Necesito tener fuerzas, no sentirme débil  ni ausente, necesito ser yo para poder encontrarme de nuevo en ti. Necesito soñar de nuevo porqué el  sueño que soñé, ya no eres tú.

Eso es lo que habría escuchado, sí cuando se marchaba cabizbajo, hubiese girado la cabeza y la hubiese mirado, pero no lo hizo.

El recuerdo de aquel silencio, lo acompañaría para siempre el resto de su vida.

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