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jueves, 31 de octubre de 2013

Entrega



Arde a rabiar
mi alma.

Imaginando
el tacto de tu piel.

La noche, el silencio
invitan a quererte.

Mi respiración se acelera,
mis labios,
indefensos, tiemblan.

Las barreras de mi memoria
se deshacen.

Me detengo, escucho y compruebo,
tu corazón, quiere.

Se desvanecen
los vacíos que cruzaron
la distancia
para alojarse en el corazón.

Sin temor a sentir,
me entrego a ti.

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