Parar el mundo,
despejar las dudas.
Sentir tu aliento
besando mi cuello.
Tus manos impacientes
escribiendo en mi espalda,
versos, que son caricias.
De tus labios, rimas
que son ternuras,
recorriendo mi cuerpo,
convirtiéndolo,
en una carta de amor,
curando las heridas .
Te quieros, agazapados,
entre líneas.
Embozados en las frases,
pasiones furtivas.
Abrazados en los trazos
de cada palabra
deseos contenidos.
Yo, tú libro
tú, el escritor
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