¿Donde fueron las palabras
que un día me escribiste?.
Que encendieron
una luz en mi alma
para darle sombras
a este triste corazón.
¿Y yo, porque te escuche?
Yo, que desde la primera
palabra supe
que estar entre tus lineas
me haría volar al infinito,
y perderme para siempre.
Una vez, escuchaste,
mi voz en el viento,
y la seguiste.
¿Vendrás, otra vez,
sin temores, sin promesas,
para brindarme de nuevo
todas tus palabras?
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