Se va,
deja su corazó
en un callejón.
Se sienta
en cualquier parte
y las horas ve pasar,
infinito horizonte de tristeza.
Los puentes se han caído
y la noche, se ha perdido.
En estos días raros
nada tiene sentido.
En el silencio
se le enreda su nombre
cuando quiere decir adiós,
no es capaz de hablar,
no cabe en una vida
lo que duele.
Fragilidad y deseo
el olvido borrará
los días,
los míos y los tuyos.
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