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miércoles, 19 de diciembre de 2012

mar abierta





Esperaba a la deriva
que el destino 
cambiara mi rumbo.

Que el azar
me devolviera a la vida.

Mis alas rotas...las cortaron,
dolía tanto el corazón.

Y aún con mis velas desplegadas
mi dirección estaba quieta,
iba muriendo, sola
ante la luna
abandonada a mi pena.

Y en plena tormenta desatada
fuiste tú mi salvavidas,
mi tabla
fuerte, valiente, osado,
en tus brazos me cobijas.

Fuiste el sol que me salvo.

Amor mio,
sigue abrazándome así,
hazmé mar abierta,
no dejes de ser mi timón
se mi ancla cada día.

No dejes entrar
remolinos en mi alma.

Ya no más
naufragios en mi vida.

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