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sábado, 22 de diciembre de 2012

cuento de navidad




EL PORQUE DE LA NAVIDAD

Erase una vez un hombre que no creía en Dios ni en la navidad. Su mujer en cambio, creía en muchas cosas a pesar de los comentarios de su marido.
Una nochebuena es que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos a la parroquia. Le pidió al marido que los acompañaran, pero el se negó.
-¡Que tonterías!-grunó-, ¿Por qué Dios iba a descender a la Tierra adoptando la forma del hombre? ¡Que ridiculez!
Los niños y la esposa se marcharon y él se quedo en casa.
Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.
Al cabo de un rato oyó un golpetazo; algo había golpeado la ventana. Luego oyó un segundo golpe fuerte. Miró fuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó a amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana. En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieran seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento. Daban aletazos y volaban bajo en circulo por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de ellas aves habían chocado con su ventana.
Sintió lastima de los gansos y quiso ayudarlos.
-Seria ideal que se quedarán en el granero -pensó-
Ahí estarán a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta. Dirigiéndose al establo, abrió las puertas y luego observo con la esperanza de que las aves entraran al establo. Los gansos se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero solo consiguió asustarlas y que se alejaran más. Entró en casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo y dejando un rastro hasta el establo pero los gansos no lo entendieron. El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero pero lo único que consigo fue asustarlos más y que dispersaran en todas direcciones menos al granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero.
-¿Por qué no me seguirán?-exclamó- ¿Es que acaso no se dan cuenta de que es el único sitio donde podrían sobrevivir?
Reflexionado por unos instantes cayó en cuenta de que las aves no seguirían a un
humano.
-Si yo fuera uno de ellos podría salvaros -dijo en voz alta.
Tuvo una gran idea recordó que tenía un ganso lo soltó y fue con los otros gansos rápidamente el ganso del hombre entró al establo y las otras aves le siguieron.
De pronto todo empezó a tener sentido. Entendió que es lo que le había pasado a Dios. Digamos que nosotros éramos los gansos ciegos, perdidos y sin alimento. Dios se volvió como nosotros a fin de indicarnos el camino y salvarnos. Cuando termino por completo la ventisca el hombre comprendió el sentido de la navidad -dijo- ¡Gracias señor por venir en forma humana y sacarme de la tormenta!


 
                                                    


EL PEQUEÑO AUTOR DE ESTE CUENTO ES HUGO, MI HIJO, MI PEQUEÑO GRAN AMOR, YO SOLO PUEDO DECIR QUE LO QUIERO CON TODA MI ALMA, QUE ESTOY ORGULLOSA DE EL Y QUE LE DOY GRACIAS A LA VIDA POR DARME EL PRIVILEGIO Y LA DICHA DE SER SU MADRE ......

2 comentarios:

  1. Muy bonito. Me ha gustado mucho. Hugo, espero que sigas escribiendo para que el mundo entero pueda seguir leyendote.
    No descuides las Matematicas.

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