martes, 6 de julio de 2021

En nombre del amor



Puede ocurrir eso,que sigas con el aguijòn clavado en el alma aunque tú ni te percates.

                                Sergio Ramírez








Dijo que lo hacía en nombre del amor, y le creyó, pero con él llegó la oscuridad, el desasosiego, el miedo, las sombras, las lágrimas.

Llegaron los ruegos acompañados de las amenazas. Aprendió a temer. Dejó de rezar, hacía mucho que Dios no la escuchaba. Esperó, aguardó con los ojos cerrados, los embites de sus manos y de la vida, quiso escapar de sus ojos, sentía su mirada buscándola, mirarlos dolía.

Los colores se volvieron todos negros, respiró su aliento gritandole, contuvo la respiración, cerró  los ojos inmóvil para no sentir el olor que emanaba de su garganta.

Le causaba pavor que sus manos recorrieran su cuerpo, que la dejaran dolorida y mancillada. Aterrada, se dormía escuchando el latido un corazón inhumano, tan solo deseaba que en mitad de la noche se parará devorado por su propio odio.

Despertaba vencida por el dolor y la pena, se sentía un despojo atada a una voluntad que no era la suya.
Mientras en él crecía un odio infinito y desesperado, ella vivía acallando el sonido de sus pasos, de su respiración.

Golpes sedientos de un ser retorcido sin un ápice de compasión a cambio de gritos ahogados en la garganta, dolor silencioso, rezos inútiles a su ángel de la guarda.

El tiempo dejó de importar, un futuro perdido para siempre, fue una nube oscura cruzando un cielo claro, un animal carroñero calculando cada paso.

Se convirtió en su sombra, consiguió que sus ojos se volvieran grises, como los días nublados. Ella solo quería correr, correr muy rápido, muy lejos y asegurarse de que él no la seguiría.
Huir de su obstinada crueldad , correr para ponerse a salvo, correr por los espacios abiertos. Ella lo creía posible y en el fondo de su alma albergaba la esperanza de volver a sentirse viva, libre... algún día.

Quería sentir su ausencia, dejar de sentir el dolor que la paralizaba tan profundamente recomponerse y pensar que no todo en ella estaba roto del todo.  Quería pensar que el final siempre podía ser el principio de algo mucho mejor. 
Sabe que solo tiene que alzar el vuelo para alejarse de la oscuridad... Algún día.

jueves, 24 de junio de 2021

Y quiero más











Si la pasión, si la locura no pasaran alguna vez por las almas... ¿Qué valdría la vida?
                          
                                        Jacinto Benavente.






Sigilo,

 desnudez,

 caricias,

 pechos, labios,

 dedos, lengua,

 movimiento,

 cuerpos,

 susurros, jadeos,

 penetración,

 desahogo

 y derrumbe.


lunes, 21 de junio de 2021

Él, yo y la distancia





 Estábamos envueltos en algodón, en musgo, en niebla, en el mar, en el sabor de una distancia que ha de aniquilarse 

                                (Anaïs Nin)















Su rostro se contrae como si fuese a romper a llorar, aparta los ojos y mira hacia la oscuridad, permanece un momento sin moverse, contiene la respiración.

Una calma sepulcral rodea la noche azulada.

Sé lo que va a pasar, mi pulso se acelera, lo noto, pasea por la habitación, ordenando su vida sin palabras.

No quiero que me atraviese pensamiento alguno y me entretengo observando el papel pintado de la pared, las grietas, la lluvia cayendo en el cristal,  en cualquier cosa cosa, por más insignificante que sea que me haga apartar la mirada de ti.

Apenas hay un atisbo de luz, pero te intuyo, algo te pesa en el corazón cuando cierras la puerta tras de ti. Entonces me acerco a la ventana, la luz del crepúsculo aún me deja ver tu silueta alejándose por el horizonte, te giras, me miras, y yo te miro a ti. 

Te vas alejando por una colina pedregosa y de repente la oscuridad te engulle.

Entiendo y comprendo que esta distancia es nueva y definitiva.

Puedo imaginar como en tu rostro va apareciendo un velo de alivio mientras recorres tu camino de huida que te lleva al umbral de tu nueva vida, que te convertirá en un hombre nuevo, mientras yo seré de nuevo un punto insignificante en medio de la eternidad del cielo.




sábado, 19 de junio de 2021

Y mientras tanto




El amor nos fuerza a amar lo que nos hará sufrir

                                      Proust.






Una noche de insomnio
mis formas femeninas
huérfanas de tus manos
yacen en la cama.

Una cama que se ha convertido
en un campo yermo,
por el cual vago errante,
enredándome en sábanas frías
desarropada del calor 
de tu cuerpo.

Y aún así, mi deseo por ti,
persevera, se hace fuerte.

Me torturo recorriendo mi silueta,
pensando en tu cuerpo,
te desnudo en mis pensamientos,
lleno los espacios con mis manos,
amor sin besos
mis suspiros te reclaman.

Me convierto en fuego
y ardo por dentro,
de tanto amarte
me deshago en la sal de 
mis lágrimas
en la humedad de mi culpa.

Descubriendo mi geografía interior
siento
¿Algo? ¿Todo? ¿Mucho?
gemidos frustrados,
un poco de mi,
nada de ti.

jueves, 17 de junio de 2021

Un deseo para el alma




No sospeché la insignificancia de mi sueño. Creí haber concebido el sueño más vasto de mi generación: quise ser mago. Ésa era mi idea de la gloria. He aquí una súplica basada en toda mi experiencia: no seas mago, sé mágico.“ 
                                        Leonard Cohen








Alzando mi súplica al cielo pálido 
de un día frío de invierno,
deseo que el sol
se ponga a brillar
y atraviese las brumas
que inundan mi mundo.

Deseo que los rayos dibujen
 una franja en el horizonte 
y que se vayan fijando
 sobre mi corazón ensangrentado,
y así poder arreglar
mi interior rasgado
con hilos dorados
e indestructibles.

Que el helado viento del norte
se convierta
en una brisa tibia
que acaricie mi rostro
suavemente.

Deseo que deje de caer
sobre 
constantemente la oscuridad
de la noche.

Deseo que mis rosas rojas
nunca inclinen la cabeza.

Que los instantes hermosos
no se fuguen
y que mi luna
cuajada de versos
alumbre el camino
de mi alma atormentada.






jueves, 10 de junio de 2021

El dolor de tu presencia




 Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidarse es difícil para quien tiene corazón (Gabriel García Márquez)

















Me esforcé por disimular
un escalofrío
que recorrió mi cuerpo.

Se hizo el silencio,
una mirada oscura de desdén
rompió el hechizo,
me llenó de resentimiento.

Quise alejarme del tormento
que envolvía
lo que ni yo entendía,
pero, tenía la necesidad
de comprenderlo todo.

 Y todo parecía desordenado 
y triste.

Desesperación y amor.

Intenté deshacerme de ti
y no pude,
el mundo giraba sin ti,
la vida cambió,
mi realidad se confundió
y tú permanecías,
siempre enraizado,
arraigado en un corazón
desolado.

Quise desterrarte de mi alma
y tan solo conseguí
lastrarte más profundamente.

Fuimos un nudo imposible
y yo,
no supe olvidarte.



martes, 1 de junio de 2021

Teresa y José






"Cada vez que las melodías del incierto se acercan resonantes, me refugio dentro de ellas. Son el suspiro del destino acariciando mis oídos.”
                                    Santiago Orlando.




Él tenía un mundo,
Teresa no preguntaba.
ella, tenía otro,
José no preguntaba.

Y los dos tenían 
un presente silencioso.

A Teresa, José se le escapaba
cuando creía que lo estaba
reteniendo,
pues José, nunca permanecía
el tiempo suficiente,
pero hay ausencias
que se hacen presencia
y también heridas
que no  tienen cura.

Intuyendo la realidad
Teresa y José,
José y Teresa sabían
que no había futuro,
sus ojos ya no reflejaban
ninguna luz.

Que el dolor pesaba más
que todo su amor,
que no se puede vivir
dentro de un sueño,
quizá un par de minutos,
una tarde, un verano,
pero no toda una vida,
porque para siempre
es mucho tiempo.

lunes, 17 de mayo de 2021

Destierro

                                                                                                                                                          
                                                                                                                                                                                                     



El verdadero destierro se encuentra allí donde no hay lugar para la virtud
 
                               Cicerón.






Todo estaba en su sitio
el reflejo del fuego,
el olor a hogar
la puesta de sol,
hojas secas de colores
 y un cerrojo
que cierra la puerta.

Un frío glacial,
una noche triste,
la oscuridad que todo 
lo invade.

Una mirada amable,
una sonrisa para olvidar,
besos dulces
caricias lánguidas,
sombras y silencios.

Gotas de lluvia
aroma a tierra mojada,
mágica serenidad.

Distancia compartida.

Todo estaba en su sitio,
delirio, abandono
lucidez pasajera,
sueños, vigilia,
anochecer, amanecer,
rencores y penas
y luego, el silencio ahí fuera
como si no necesitara 
nada más,
como si no hubiese 
nada más allá



sábado, 1 de mayo de 2021

Las cartas que nunca se enviaron













Querido tormento mío:

Intento escribirte una carta, una carta de amor, de desamor, de desahogo, de alivio, de no sé qué en realidad. El ruido en mi cabeza me distrae constantemente y comienzo a
dar vueltas y más vueltas a mis ya cansados recuerdos pensando en ti.

Hoy, a pesar del tiempo transcurrido, te sigo sintiendo aquí y en este momento me gustaría envolverme en tu abrazo, acoplarme al ritmo de tu respiración, pero ya
despierta el alba de un nuevo día y tú no estarás. Al escribirte intento sentir calma pero tan solo siento un desgarro que me traspasa el pecho, entonces caigo en la cuenta; no siento nada, tan solo el silencio que apacigua mi alma vacía. ¿Sabes lo peor? la costumbre, acostumbrarse al silencio, a la soledad, a la resignación y al abandono, resulta insoportable asimilarlo. Y, aun así, un resquicio de algo abstracto que no se definir se hace fuerte en mí, un mínimo sobresalto que acelera mi corazón, la posibilidad de agarrarme a un retazo de esperanza, pensar que todo aquello que vivimos, quisimos, anhelamos, soñamos, sentimos, no ha muerto, no ha quedado sepultado en el olvido, que no nos hemos convertido en una historia abandonada…

A veces tengo la desagradable sensación de haberme convertido en un pozo de indiferencia, pero sé que estoy equivocada cuándo pienso en ti, entonces todo cambia,
los sentimientos se alborotan. Quizá con esta carta quiero revivir los recuerdos que una vez nos unieron o aquellos que nos separaron para siempre. Recuerdos, para  mí omnipresentes que me asaltan invadiéndome con violencia, llenándome de desconcierto.

No dejo de preguntarme lo que quedó de mí en ti, lo que desapareció, los sentimientos
que te inspiré y aunque sé que ya nada de todo aquello importa, mientras los recuerdos me recorren el alma, pienso  ¿En algún momento evocabas mi rostro en tu memoria? o
¿Al pensarme, algo sucio y oscuro se posaba en tus ojos?

Podrías haber sido un amor cualquiera, pero no lo fuiste, o quizá yo me empeciné en convertirte en el amor de mi vida. ¡Ay, mis ganas de quererte! y tanta vida esperando,
añorando, necesitando y cuánto dolor me he causado.

Me pesa tu recuerdo, lo reconozco y aun así todo me ata a ti, es lo que hace latir mi corazón. Quizá un día ocurra, el tiempo pueda cubrirlo todo de capas de olvido para borrar tu huella dentro de mí.

Mientras tanto, cerraré con esmero esta carta siguiendo la frágil línea de la doblez y la guardaré con las otras muchas cartas que te escribí y nunca te he enviado.

Te echo de menos,

Tú princesa.

P.D: Sigo enfadada contigo porque no estás aquí, nunca vas a estar, por morirte y
dejarme sola, seguiré enfadada contigo todo el tiempo que me quede a mí.

jueves, 7 de enero de 2021

Adagio para un amor





Encuentra lo que amas y deja que te mate.

                            Charles Bukowski.






Le sostuvo la mirada
unos minutos.
Sus labios dibujaban
una línea pálida,
sus ojos reflejaban 
el cansancio 
de toda una vida.

Todo estaba en silencio
y hacia frío,
pero un calor sofocante
recorrió su cuerpo 
cuando ella sonrió .

-Vuelvo a ti,
porqué te añoro, le dijo.

-He soñado contigo,
contestó él.
-Y yo contigo.

-Tiemblas, sí,
éstas temblando.

-Me cansé de vivir sin ti,
he vuelto de la nada
de un lugar lúgubre
y gris.

Sácame del  laberinto,
ayúdame a cruzar
de nuevo el espejo,
ayúdame a cerrar
la grieta negra,
una grieta sin fondo,
esa grieta,
que todo se lo traga.

Tú no quieres, pero 
eres mi todo,
juntos podemos enderezar
el destino...

Y cuando las palabras
estorbaron,
sus ojos y sus manos
hablaron.

Se abrazaron asustados.

Lo que callaban sus sonrisas
lo dijeron sus labios.



domingo, 3 de enero de 2021

La química de la vida





Lo que se hace por amor está más allá del bien y del mal.

                              F. Nietzsche






 Y  pasa el tiempo 
hace frío en Madrid.

Sus brazos siguen
esperando
que te abandones
a su suerte.

Veintiún grados de calor
acumulado
para quemarte junto a ella.

Corrientes de deseos imposibles
recorren su interior
y sus dedos
señalizan para ti
cada recoveco de su cuerpo,
para que lo recorras lento,
despacio,
muy despacio,
entre sábanas revueltas.

Se muestra desnuda,
muerde sus labios
y moja el silencio.

Un suspiro 
que no puede esperar
y se convierte en gemido.

Con furia de mares
se adentra en ti
y sientes el latido
de la vida entera.

Entre la piel y el alma,
amor, vida y deseo,
un querer sin tiempo.

martes, 29 de diciembre de 2020

Se me está olvidando no olvidarte





Las cosas seguirán, y entonces un día,  todo se terminará.
                       Amour, Michael Haneke




La certeza,
la sombra,
la fatalidad,
ojos que arrastran
historias.

Dolor que parece
no querer
desaparecer nunca
con violencia
con rabia,
arrasando el espacio,
demasiado frío
demasiado oscuro.

Anulando la voluntad,
el consuelo
navega entre
un mar de tinieblas.

Pedazos de verdad
en sus manos,
en su memoria.

Pensar, ver, callar,
respirar,
no es ruido 
lo que necesita.

Horas opacas
nubes espesas
y grises.
Invierno.

Un peso invisible
que aplasta.

Una mochila 
llena de dudas
y resentimientos
difícil de vaciar.

Un cielo espeso
y ambiguo
que le hace volver
a la nada.

Hilos enredados.

Un farol enredado
en pequeños charcos
y la luz
cada vez está mas 
débil.

domingo, 20 de diciembre de 2020

Cenizas






No hay mayor dolor que recordar en la desgracia el tiempo en que éramos felices.

                Dante Alighieri.







Si ya no escucho tus pasos, ni siquiera en los días tristes, si es junio y todo huele a  flores ¿Por qué  sigue  llorando el cielo?.
¿Qué hago con ese para siempre que se ha incrustado en el alma, llenándolo de cicatrices?

¿Por qué se me ha roto el corazón y sigue latiendo?
Si mis recuerdos se han vuelto prisioneros arrepentidos que quieren alejarse, haciéndose más escasos, hasta desaparecer.
Si todo se pierde, si todo se olvida, si todo es un caos, vacíos que se llenan de olvido.
¿Por qué no se llenan mis vacíos?

¿Quién puede recoger mi soledad? ¿Quién  tiene remedios para un mal sueño? Para cuando lo soñado se desvanece y todo continua igual, mientras mi vida se pierde en la oscuridad.

-Llénalo todo... te pedí.

Nunca me dijiste, que me estabas abandonando. Tan solo pronunciaste palabras que ya no recuerdo, pero nunca un adiós. Ante mí todo quedó descolocado.
La duda, la inseguridad atraparon mi imaginación. Sentí la ansiedad que precede al miedo, recordaba tu voz como un eco que se iba perdiendo, se ensombrecía tu rostro.

Se desató un deseo loco, ardiente y doloroso. Una memoria que no era la mía me dijo que eras un demonio, no sé si fue algo que me contaron o yo lo imaginé. 
Quedó un corazón que sintió por siempre la nostalgia, por otro corazón que latió sin tener idea de ese hecho, mientras el mío yacía en el silencio.
Silencios, tantos silencios, y yo, que debería haber seguido siendo yo, quedé sin consuelo.

Entre el mar y yo, el cansancio de mi corazón, el coraje de mi alma, mi soledad y mi locura. Traté de controlar la desolación que encendía mi alma  que penetró en mí como un soplo de aire caliente. Intenté resistir, no ceder, quise hacerlo desesperadamente, luchar contra tu recuerdo.

¿Qué se esconde detrás de un sueño por descubrir? Todo lo supe en un segundo y en un segundo mi vida cambió. La vida sin ti siguió siendo vida, llena de horas vacías, días que parecieron años, días cortos  y oscuros. El tiempo se detuvo, se ralentizó, se eternizó.
Sentí la ausencia sin alivio alguno, sin remedio. Una vida sin nada. Y aún así la oscuridad no me alcanzó del todo. 

Si tu supieras cuanto pesa y amarra la vida, cuantas tardes de llanto dio paso aquella tarde de invierno...
Como eslabones de una cadena, cuentas de un collar, peldaños de una escalera, como la bruma del amanecer que todo lo enmascara, cuando la realidad se niebla como un mar infinito de olas grises.

Desaparecí en el caos de mi misma, ese, del que una vez me habías salvado, había días que estaba y días que estaba por estar. Todo lo vivido se fue confundiendo en vagos recuerdos. 

Navegué en sensaciones lúgubres sin un rumbo fijo, sin darme cuenta de que quizá los recuerdos son caprichosos o selectivos o que una misma historia tiene dos versiones. Dos formas de ver el mismo pasado y dos corazones que ya no latían al mismo ritmo.

¿Qué quedó de nosotros? ¿Tan solo nuestros recuerdos?
Pequeños fragmentos que hay que ordenar. Defender los instantes del tiempo que todo lo borra o al menos lo intenta o dejar de luchar contra la memoria que quiere hacernos perder las fuerzas.
Yo, luché, fui abriendo ventanas que me dejaron respirar, hasta que un buen día cerré los ojos, volví la cara hacia el cielo y respire.
Nunca me había sentido tan tranquila, ya no existías, te había guardado, sepultado, extinguido, aniquilado.