lunes, 28 de enero de 2019

Re-cordis




De tiempo somos. Somos sus pies y sus bocas. Los pies del tiempo caminan en nuestros pies. A la corta o a la larga, ya se sabe, los vientos del tiempo borrarán las huellas.

                                                                                               Eduardo Galenao.








Un último rayo de sol entró por la ventana y ella extendió sus dedos como si lo quisiera acariciar, hasta que se extinguió y la oscuridad se apoderó de ella.

Se quedó callada, silenciosa, encogida sobre si misma en sus pensamientos. Su figura oscura y solitaria miró con cautela la habitación llena de sombras que se escondían por los rincones.


Hacia frío, se oían voces en la calle, las hojas de los árboles temblaban con el viento. Sintió pasos, una presencia a su lado, cerró los ojos, lo notó pegada a ella, escuchó su respiración, el calor de su aliento en su cuello.

Abrió los ojos bruscamente, pero el cuarto estaba vacío, como siempre. Siempre estaba vacío, pero su presencia era tan real, que parecía que podía extender la mano y tocarlo como hacia un instante, había querido  atrapar ese pequeño haz de luz, y al darse cuenta de que era imposible alcanzarlo, rozarlo siquiera, la melancolía invadió su alma.

Volvió a cerrar los ojos  cayó en un extraño duermevela que le hizo mezclar tiempos y recuerdos. Cuando despertó, se asomó por la ventana e intentó leer su futuro en un cielo lleno de estrellas, la luz de la luna iluminó tímidamente su rostro. Un rostro lleno de arrugas, de huellas de cansancio, de dolor, de pena y sufrimiento. Un rostro sin luz, ajado, porque el miedo mucho tiempo atrás, se había apoderado de ella y de su vida.

Miró al infinito y se preguntó como podía continuar, continuar con tanta angustia.
Intento sacar de su cabeza el eco de su voz, las últimas palabras y el tono de su voz que no mostraba ningún tipo de ternura, que la atormentaba, le partía el corazón cuando resonaba en su cabeza.

Y fue juntando imágenes, fragmentos de historias vividas que se mezclaron con las soñadas, que se fueron tejiendo, creando otra realidad, llenas de fe, esperanza, amor, en una memoria llena de huecos, ausencias, hecha pedacitos. Y se se sintió ajena, de todo y de todos, de las palabras, de los silencios, las historias, ajena  hasta de ella misma y de una vida que no le correspondía.

Y supo que no olvidaría, porque no quería hacerlo, aún con dolor, aún con el vacío infinito, no quería cerrar heridas para que la vida no se le desdibujara.


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domingo, 27 de enero de 2019

Asfixia


De pronto recordé que había soñado con eso: Un laberinto asfixiante en el que por más que caminara siempre estaba en el mismo lugar. Algo me atrajo, quizá la incertidumbre o mi propio miedo, y me largué a correr hacia cualquier parte

                                                                                                                                      Osvaldo Soriano









Me dio la mano
sus dedos se entrelazaron
con los míos,
sentí el latido
de su sangre bajo la piel.

De repente su tacto
quemó mi piel,
sentí sus fuego
creciendo en mi interior
enredándome,
reteniéndome, atándome.

Y solté su mano,
contuve la respiración,
mis labios temblaron,
mi voz sonó entrecortada.

Quiso atraerme hacia
su cuerpo, noté su aliento, 
suave, cálido, familiar
y escuche mi propia respiración
agitada
cuando me preguntó
si lo quería
y yo no supe 
que responder.





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sábado, 26 de enero de 2019

Noches azules en la orilla izquierda del alma


Ya se está amontonando la desdicha...
                                 Elena Garro













La oscuridad
lo rodea, lo acosa,
lo intimida.

Teme su caricia fría,
le inquieta
y finge no reconocerla.

Su instinto le hace
intentar huir, correr,
escapar...
es inútil, lo alcanza,
lo recorre
y lo va poseyendo
como una presencia
fantasmagórica
que hace que sin querer
se pregunte en silencio
¿sigo siendo desdichado?




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domingo, 9 de diciembre de 2018

Tan solo el silencio




"Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio"
                     
                          Mario Benedetti












Añoro el silencio
un silencio de hojas 
muertas,
de calles desiertas.

Silencio yermo
silencio oscuro
de ojos cerrados
que inunda el corazón 
de tristeza.

Silencio
que envuelve pensamientos
que me dejan sin aliento.

Silencio 
que termine 
con el tiempo 
de las lagrimas.

Extraño el silencio
fuerte
que teje hilos,
que tapa huecos,
que abre agujeros.

Quiero escuchar 
el silencio
ese me altera
los arrestos
que me provoca
que me hace sentir 
viva.

Silencio
para suavizar
la vida.





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jueves, 6 de diciembre de 2018

Reanudación




Ya tienes el coraje de enfrentar, explorar, aceptar y responder al miedo. Todo lo que tienes que hacer es ir más allá de la inercia y descubrir tu verdadero potencial. Entonces, el valor te permitirá actuar a pesar del miedo ". 

                                                     Brahma Kumaris













Quiso nadar
en un mar de margaritas
blancas.

Pasear por el malecón
abandonar la tristeza
en la arena
para que se la llevara
la corriente.

Dejar mensajes secretos
con su perfume
en todos los nomenolvides.

Concederse el placer
de encontrar
la esperanza perdida.

Caminar hasta llegar
al horizonte
y encontrar la libertad.

Pintar un camino 
con miles de colores
en un lienzo infinitamente
oscuro.

Escribir palabras azules
y dejarlas flotando 
en las nubes.

En noches de terciopelo
volar junto a las estrellas
cantando saetillas
hasta despertar al sol.

Quiso volver a ser principio
y comenzar de nuevo.


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domingo, 2 de diciembre de 2018

Duelo de voluntad


El destino ha de emprenderse en silencio.”

                                   AGNES GEORGE DE MILLE






Contempló las grietas del techo y se sintió terriblemente sola. Sus ojos cerrados se llenaron de lágrimas, empezaba a notar el otoño, el lento y silencioso poder de la soledad empezaba a hacer mella en ella.

Su expresión era distante, sus pensamientos lejanos, una sonrisa apenada asomo a sus labios, no era capaz de pensar. La mirada perdida, un vasto vacío en su interior, no había consuelo posible. Su vida era silenciosa, un presente suspendido. Intentaba escuchar la voz de Dios pero no esperaba más respuesta que el silencio.


Atrapada en las cenizas de lo que una vez fue su vida, descubrió imágenes que evocaban deseos, recuerdos, dolores presentes, esplendores pasados, anhelos frustrados y un dolor que persistía agazapado en algún lugar de su interior.

Se recluyó en su soledad, como si así pudiera borrar la pena de su corazón. 
Lloró, lágrimas de amor, de perdida, de miedo y angustia .
Y pensó...

Y si todos los recuerdos
que habitan en mi
se fueran para siempre,
para nunca volver.

Y si no existieran ataduras,
si pudiera flotar,
sentir que en el mundo
no existe nada
que me pueda dañar.

Y si pudiera vivir
ciega de sueños,
como si en un abrir 
y cerrar de ojos
pudiera esfumarse todo.

Y si empiezo a perder
añoranzas,
a olvidarlo todo
para poder soñar de nuevo.

Y si las voces empezaran
a convertirse en un murmullo,
se fueran alejando
y todo se envolviera
de una extraña calma.

¿Estaría preparada para desprenderme
de los anhelos
que dan consuelo a mi alma?.

Y decidió.
Emprendió un viaje decisivo que todo lo cambió.
Eligió el camino seguro de la vida. Otros senderos que la llevaron lejos, encontró la forma de esquivar el dolor.
Aprendió que la oscuridad podía no ser tan oscura. Se desperezó y despertó de un largo sueño.
Obligó a sus deseos a que dejaran de revolotear como mariposas libres por su alma y descendió de golpe a la realidad.







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domingo, 28 de octubre de 2018

Negro impar y pasa





"El destino baraja y nosotros jugamos"

                          Arthur Schopenhauer.









Ahora lo sabía,
tenía que escapar,
alejarse, apartarse.

Deseó correr, huir,
huir lejos antes de ver
el instante más oscuro
reflejado en sus ojos,
pero siguió mirándole,
como si en lugar de verlo,
quisiera atravesarlo.

Necesitaba hablar, decir algo,
desnudar los deseos
más íntimos que guardaba
en su corazón,
más, lo que ya no se comparte
no necesita de palabras
y tan solo el sonido 
de un llanto ahogado
escapó de sus labios.

Dudas mezcladas
con aceptación,
lágrimas
que escocían el alma.

Su mundo se había llenado
de colores lúgubres,
sabía que no había
vuelta atrás,
que nadie podía ayudarla,
y sola, tendría que enfrentarse
a lo desconocido.

Sintió que quería estar
en otro sitio,
todo lo que ella había sido,
todo lo que había deseado
cuando todo estaba 
aún por venir,
fue olvidado, relegado, negado.

El dolor de sus heridas viejas
fue aceptado
y la vida,
se le hizo llevadera,
aún sintiendo su presencia
cada despertar.





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sábado, 8 de septiembre de 2018

El frío del alma






Fatiga de estar vivo, de estar muerto, con frío en vez de sangre, con frío que sonríe insinuando por las aceras apagadas. 

"Un río, un amor" (1929), Luis Cernuda

















Callada y cansada
envuelta en un vacío
frío y sin luz.

Frío,
como el color del cielo
antes del aguacero.

Con un corazón 
que palpita con zozobra,
no se que hacer,
si quedarme quieta
o irme para siempre,
para no volver jamás.

No dejo que la duda 
me atrape
y echo a andar
pero, 
quiero elegir
un camino con un 
destino adecuado.

Quiero marcharme,
escaparme del sudor
de las pesadillas,
del dolor de los insomnios,
de la confusión
que no me deja pensar.

Me da igual
donde voy,
camino hasta desgastar
la suela de mis zapatos
y voy llenando mi silencio,
nacido del dolor
de unos sentimientos
que no podía tener,
de canciones hermosas.

Voy llenando el vacío
de una soledad
que todo lo abarca
y todo lo llena,
compartiendo mi tristeza,
aliviando mi melancolía
que me hace sentir
perdida e indefensa.

Voy dejando jirones 
del pasado
por el camino
y sigo caminando,
como si mis pies 
no rozaran el suelo,
como si mis manos
no tocaran
lo que me rodea,
como si mi corazón
no pudiera acoger
lo que verdaderamente
me importa.

Camino y camino
ausente y ajena
como una veleta
a merced del viento
y me voy desprendiendo
de la sensación asfixiante
de desamparo
que durante tanto tiempo
ha sido mi acompañante.






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miércoles, 29 de agosto de 2018

Destruyendo a la bestia







Si alguien pregunta:¿Qué son esas heridas que traes en el pecho?; la respuesta será:
"Son las heridas que me hicieron en la casa de quienes me aman"


                                                      Zacarias 13:6







No conocía de la vida
más que sus penas.

Perdida entre los infinitos
rincones de su alma
y sus silencios
acumuló el miedo
hasta que se desbordó,
cansada de tanta
pena sin sentido.

Dejó escapar sus gritos
durante mucho tiempo
silenciados.

Se despojó de su armadura
hecha de lágrimas de plata
y se enfrentó valiente,
temeraria,
a la bestia.

Aprendió a desprenderse
del miedo.
Su corazón dejó de latir
con zozobra.

Se estiró todo lo que pudo
casi hasta tocar el cielo,
pues el temor
había encogido su cuerpo.

Olvidó,
lo que convenía olvidar,
para poder continuar,
olvidó,
lo intolerable.

Las promesas fallidas
quedaron  enterrradas
en el cementerio
de sus recuerdos.

Su mundo
se volvió infinito,
porque  aprendió a despreciar
su destino
y se inventó
uno nuevo.

Inventó risas
que nunca existieron,
bailó al compás
de la más bella canción.

Aprendió a entender
el orden de las cosas,
el porque de los sucesos
y la importancia de los hechos.

Su mente olvidó
lo que su alma nunca pudo
pero vivió libre
feliz
y viva.



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domingo, 26 de agosto de 2018

Distancias








Hay algo muy sutil y muy hondo en volverse a mirar el camino andado… El camino en donde, sin dejar huella, se dejó la vida entera.
                                                Dulce María Loynaz







Protegido por la distancia
te acercas a mi
mientras de ti, yo me alejo.

Desde la otra acera
pareces tan solo niebla,
eres una mirada
que habla en silencio.

Me has visto mezclarme
entre la gente,
caminar por la calle
hacia un destino
al que nunca llegaras,
girando mi rostro
para redescubrir mi pasado
y volver a abrir mis heridas.

Te he visto sin verte
te he sentido sin respirarte.

Amor inquieto
me pregunto,
que habrás sentido
atrapado en el recuerdo.











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sábado, 25 de agosto de 2018

Viento




Pensó en los vientos de la vida, porque hay vientos que acompañan la vida: el céfiro suave, el viento cálido de la juventud que más tarde el maestral se encarga de refrescar, ciertos ábregos, el siroco que te abate, el viento gélido de tramontana.                        "El tiempo envejece deprisa"  


                                                     Antonio Tabucchi       














El reloj vuelve a dar la hora,
oigo al viento cantar
una melodía triste y fría,
aires de calamidad,
pero el viento juega 
a mi favor
disipando la niebla.

El canto de la brisa
calma mi llanto,
el aire jugando con mi pelo
aclara mi mente.

El viento con olor a mar
me devuelve recuerdos
olvidados,
olor a sal,
que me aíslan del presente.

Pero a veces, debo protegerme 
del viento,
que me habla de ti
para no dejarme arrastrar
hacia la tormenta.

Entonces me dejo acunar
por la brisa, me duermo.

El viento sopla y se lleva
los malos sueños.
Tu recuerdo juguetea, flotando
en el aire que me envuelve
con su abrazo
y puedo sentir tu olor
en mis entrañas
y entonces la pena
se aquieta porque vuelvo
a sentir
que te quiero.















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