lunes, 30 de marzo de 2015

La caja de los sueños

















Empezaban a despuntar las primeras luces del día. El contorno de los edificios dibujaban su silueta contra el cielo del amanecer. 
Uno más.
Por la ventana entreabierta entró una ráfaga de aire frío que la hizo refugiarse en el calor de su cama.
Se hizo un ovillo y se escondió entre sábanas y edredones, cojines y almohadas. Volvía a sentir de nuevo un torrente de emociones que no podía reprimir.

Allí en la memoria seguía alojado, enquistado el dolor, su alma se había quedado fría.

En el duermevela, entre el sueño y la realidad, solo esperaba.
Quería oírlo llegar, que entrara para inundar de calor su alma desangelada, y eso, ya no iba a ocurrir.

No volvería a escuchar sus pasos sigilosos. No volvería a sentir el calor de su cuerpo buscando el suyo, sus 

brazos rodeándola con ternura, atrayéndola hacia él, para acoplar sus cuerpos y ser uno. Ni su respiración al acercarse para besarla con dulzura.
No volvería a sentir la seguridad que su presencia le transmitía, ni la calma en su voz , cuándo entre susurros le decía:

"Ya estoy contigo, vida mía, déjame escuchar tu corazón".

Ahora, solo tenía silencios, que no eran silencios porque su llanto rompía la quietud del amanecer.

Tenía vacíos que no sabía como llenar y miedo, mucho miedo, a olvidar, a que los recuerdos se fueran difuminando, a que no volviera más a sus sueños.

Él había sido su centro, su norte, su principio y ahora era su final.
Él que había dibujado todas las estrellas en un cielo oscuro y vacío. Él que escribió palabras de amor y la hizo reír.Que le dio la fuerza cuándo estaba agotada, que supo resistir y aguantar sus ganas de huir y le enseño lo que ella entonces no podía ver;
Para él, ella era la certeza de que el mundo estaba lleno de colores.

Tenía mucha pena, una gran dolor, una soledad que la invadía. Una rabia inmensa y una decepción con la vida que no sabía como curar. Un corazón roto, eso era lo que tenía.
Eso, y una caja blanca.

Una caja que no había podido abrir y en la se podía leer solo una palabra "Sueños".

Amaneció por fin y la luz inundó la habitación, allí estaba la caja, hoy no sabía porque mas blanca más radiante, más tentadora.
Abrazada a si misma, decidió que hoy sería el día. Hoy abriría la caja y con ella la esencia de su alma.

La cogió despacio, la acarició con la yema de los dedos la fue recorriendo como si al hacerlo, estuviera acariciando cada rincón de su alma. Muy lentamente abrió la tapa hasta descubrir el contenido, a la misma vez que sin poder evitarlo las lágrimas se desbordaban de sus ojos.

 Decenas de papeles de todos los colores, formas y tamaños le dieron la bienvenida. Abrió una cuartilla pulcramente doblada y sin dejar de llorar leyó:

-"Voy a escribirte todos los sueños que soñé, vive por mi".

Se perdió sin remisión en sus letras, en sus palabras de amor, en sus deseos y promesas. Eran pedacitos de él, que se habían convertido en sueños.
Sueños cumplidos e incumplidos. Que la hicieron sonreír, que le dieron la fuerza, que decidió hacer suyos y cumplirlos.

Sintió, que en algún lugar del cielo, él sería la luz que necesitaba para ver. Que jamás olvidaría lo mucho que la había amado, para así poder recomponer su corazón.

Ahora tenía sueños y los iba a perseguir.









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Mi Libro de poesías: "La vida me sorprende": E editorial ArtGerust : La vida me sorprende

2 comentarios:

  1. Una entrada capaz de arrancar más de un sentimiento... me has emocionado Alicia, he sentido cada emoción que tan bien has sabido pincelar. Un placer leerte siempre.
    Mil besitos, preciosa.

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    1. Gracias, gracias y mil veces gracias, tu si que me has emocionado
      Un beso
      Alicia

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